El cementerio de Highgate y el ilustre Karl Marx


 

No puedo concebir la idea de visitar Londres y no ver alguno de sus cementerios.
Dejadme corregir, ya que denominarlos cementerios diría muy poco en su favor. Son parques románticos, museos del silencio y de la historia, jardines de enredaderas, musgo y una bella arquitectura gótica: éstas son algunas de las breves descripciones que haré de los cementerios de Londres. Poco a poco se han ido convirtiendo en un destino más a la hora de visitar ésta gran urbe. El problema viene cuando no sabes cuál visitar.
Londres cuenta con los "7 magníficos " (The seven magnificent). Se trata de los 7 cementerios más bonitos de la ciudad (pero no son los únicos). Por órden se encuentra el cementerio de Kensal Green, West Norwood, Highgate (East & West), Abney Park, Nunhead, Brompton y Tower Hamlets.

Hoy la línea Northern del metro de Londres y una buena caminata de 15 minutos nos llevan al cementerio Este de Highgate para visitar al más ilustre filósofo y escritor del camposanto: Karl Marx.
Para quien desconozca o conozca poco la vida de Karl Marx, permitirme resumir brevemente su biografía:

Karl Marx nació en Tréveris, Alemania (Antigua Prusia) en 1818 y falleció en Londres en 1883. Fue filósofo, economista , periodista y un militante comunista que escribió el Manifiesto del partido comunista codo a codo con Friedich Engles, además de El Capital y El dieciocho brumario de Luis Buenaparte.Tras su paso por la universidad, comenzó a redactar para varios periódicos radicales como la Gaceta Renana. Exiliado en Bruselas, formaba parte de la Liga de los Comunistas. De vuelta a Colonia (Alemania) fundó su propio  periódico, al que llamó "Nueva Gaceta Renana". Años después, de nuevo exiliado, se trasladó a Londres donde junto a su mujer y sus hijos y en situación de pobreza siguió escribiendo.


Expulsado de un pequeño apartamento, se trasladó al Soho, donde escribía para un periódico de Nueva York, que sería su única fuente de ingresos. Perdió a varios de sus hijos y ésta época es considerada como la más dura de su vida, ya que finalmente el periódico optó por prescindir de sus artículos. Después de ser rechazado en algunos trabajos, finalmente obtuvo dos pequeñas herencias que hicieron que sus últimos días fueran más desahogados.

Su amigo Friedich Engels encontraría su cuerpo en el sillón de su despacho y sería enterrado en el cementerio de Highgate de Londres con un reducido grupo de amigos y familiares.
Kark Marx es considerado como el "mayor pensador del milenio", "el padre del comunismo moderno" y fue activista de la revolución obrera.


 ¡Trabajadores del mundo, uníos!

Muchos son los visitantes que se acercan a éste cementerio para rendir homenaje al filósofo. Pero, además de Karl Marx, se puede visitar a otros mausoleos o tumbas que pertenecen al cantante George Michael, Lucian Freud, la escritora Mary Ann Evans (que escribía bajo el pseudónimo de George Eliot), el físico y químico Michael Faraday, o los padres y hermanos de Charles Dickens, entre otros.




El Cementerio de Highgate se encuentra a unos 15 minutos a pie de la estación de Highgate (línea Norte) y consta de dos zonas: la Este y la Oeste.
La descrita anteriormente se trata de la zona Este, cuyo precio es de 4 libras pero se pueden combinar ambas zonas (la zona Oeste es con visita guiada obligatoriamente) por 12 libras, un impuesto muy capitalista para visitar al anticapitalista Karl Marx. Irónico ¿cierto?.

Concluyo mi post con una reflexión del filósofo:

"¿En qué consiste, entonces, la enajenación del trabajo? Primeramente en que el trabajo es externo al trabajador, es decir, no pertenece a su ser; en que en su trabajo, el trabajador no se afirma, sino que se niega; no se siente feliz, sino desgraciado; no desarrolla una libre energía física y espiritual, sino que mortifica su cuerpo y arruina su espíritu. Por eso el trabajador sólo se siente en sí fuera del trabajo, y en el trabajo fuera de sí. Está en lo suyo cuando no trabaja y cuando trabaja no está en lo suyo. Su trabajo no es, así, voluntario, sino forzado, trabajo forzado. Por eso no es la satisfacción de una necesidad, sino solamente un medio para satisfacer las necesidades fuera del trabajo. Su carácter extraño se evidencia claramente en el hecho de que tan pronto como no existe una coacción física o de cualquier otro tipo se huye del trabajo como de la peste. El trabajo externo, el trabajo en que el hombre se enajena, es un trabajo de autosacrificio, de ascetismo. En último término, para el trabajador se muestra la exterioridad del trabajo en que éste no es suyo, sino de otro, que no le pertenece; en que cuando está en él no se pertenece a sí mismo, sino a otro. (...) Pertenece a otro, es la pérdida de sí mismo. "

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